SACERDOTES

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miércoles, 28 de mayo de 2008

26 mayo. Retiro para el Clero. "Ministerio presbiteral y espacios de comunión"



El 26 de mayo se celebró un Retiro para el Clero en el Seminario de Granada con el tema "Ministerio presbiteral y espacios de comunión", impartido por Blas Gordo, Vicario de Pastoral de la Archidiócesis de Granada.

Su exposición se estructuró alrededor de cuatro puntos (resumen personal de los apuntes tomados):
1. El presbiterado como ministerio relacional.
El sacerdote ha de reflejar la vida trinitaria, en relación. Y esta relación se establece en cuatro ámbitos:
a) Relación con Jesucristo, cabeza de la Iglesia. Cristo actúa en y a través del presbítero, por lo que es imprescindible cultivar la amistad con Él, pues Cristo conoce perfectamente aquello que agrada a Dios.
b) Relación con el obispo. El sacerdote ayuda en la misión del obispo, que es quien nos envía. Por eso se ha de vivir esta relación con actitud de afecto, obediencia y disponibilidad.
c) Relación con el presbiterio. La íntima fraternidad entre los sacerdotes procede del sacramento recibido, la común consagración y la misión. El obispo es responsable de este conjunto sacerdotal orgánico.
d) Relación con los fieles. Cada fiel cristiano es sacerdote de su propia vida, que ofrece a Dios. El sacerdote ministerial ejerce un servicio a los fieles, consistente en presidir, marcar el ritmo buscando que crezcan en santidad y en número. El encuentro con los fieles converge en la Eucaristía.
2. Ministerio corporativo. Formamos parte de un cuerpo, por lo que no es eficaz actuar aisladamente, aunque cada uno actúe personalmente. Las diferencias sirven para enriquecer la Iglesia y es importante alegrarse del don del otro.
3. Nuevos métodos, nuevo ardor. Ante las dificultades existe la tentación de evadirse en otras actividades, deprimirse, pero hemos de trabajar para que el presbiterio esté unido y así responder a los problemas de nuestro tiempo. El principio ha de ser la espiritualidad de comunión, que uno en la Iglesia se sienta en familia. Hay que mirar el misterio de la Trinidad en el otro, salir de mí mismo para buscar la presencia de Dios en el hermano". Sin espiritualidad de comunión, los medios externos de comunión serían simples máscaras.
4. Espacios de comunión. Teniendo presentes estos principios hay varios ámbitos en los que se puede concretar esta espiritualidad de comunión.
a) Parroquia. No es un lugar de servicios, sino de acontecimientos. La parroquia es lugar de maternidad, donde nacen los cristianos que serán sal y luz. Recomendó el libro "La parroquia reencontrada" publicado por el Consejo para los Laicos. La falta de clero ha de llevar a una mayor implicación de los laicos en la vida parroquial, donde el sacerdote es el coordinador de las diversas actividades. Para ello es necesaria la formación y un cambio de mentalidad. Por supuesto teniendo en cuenta que las necesidades y posibilidades son diversas en parroquias de ciudad y en parroquias rurales.
b) Consejo de pastoral parroquial. La figura del Consejo de Pastoral, aunque sea un ámbito consultivo favorece enormemente la continuidad de las iniciativas y vida de las parroquias. Es necesario que los miembros del Consejo estén bien formados en el espíritu de comunión, para que puedan ser promotores de comunión.
c) Arciprestazgo. Es un ámbito privilegiado para la fraternidad sacerdotal. Favorece el sentirse miembros de la diócesis y de la Iglesia universal. En el arciprestazgo se aprende a trabajar en equipo. En él se pueden analizar las necesidades, ofrecer soluciones, unificar criterios, plantear actividades conjuntas. La figura del arcipreste es clave para que las reuniones sean variadas, atractivas y tengan momentos de oración, diálogo, análisis de la realidad, compartir. En algunos casos es interesante la creación de un Consejo de pastoral arciprestal, en el que puedan participar las personas relevantes para la pastoral de un territorio: consagrados, laicos que colaboran, etc... Los vicarios territoriales son también un elemento de comunión entre los distintos arciprestazgos. Por su parte, las Delegaciones Diocesanas, lejos de ser una simple estructura burocrática, son servicios a la comunión en la Diócesis.
d) Equipos sacerdotales. Es un hecho que los sacerdotes se reúnen de forma espontánea para trabajar juntos, recibir formación, compartir experiencias, o incluso residir en el mismo lugar. Todas estas iniciativas deben verse como una riqueza para la vida en comunión y evitan en gran medida evasiones funestas.

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