SACERDOTES

Se recogen aquí las diversas noticias que va originando nuestra propia actividad sacerdotal.
AVISO. Desde el 21 de julio de 2008, las noticias nuevas sólo aparecerán en www.sacerdotesyseminaristas.org

jueves, 5 de junio de 2008

Malagueño y profesor universitario ordenado sacerdote el 24 de mayo en Roma


"O arreglas el mundo o te reconcilias con él"

El malagueño y profesor de Universidad Alfonso Berlanga

es ordenado hoy sacerdote en Roma

Málaga 24 de mayo de 2008. El malagueño Alfonso Berlanga, de 32 años y actualmente profesor de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma, es ordenado sacerdote hoy sábado a las 16.00 horas en la Basílica San Eugenio de Roma por el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría. Este malagueño será ordenado sacerdote junto con otros 35 diáconos procedentes de quince países. Berlanga, universitario y sonriente empedernido reconoce que de vez en cuando sigue los resultados del Málaga y de la liga española por internet. "También por tradición familiar, sigo un poco al Real Madrid, aunque parte de los domingos por la tarde lo dedico a escribir a los amigos".

Si algunos compañeros de Universidad le dicen hace años que va a ser sacerdote ¿se hubiera echado a reír? o ¿se hubiera puesto a temblar?

Cuando menos, me hubiera dado un susto, supongo...
¿Y cómo se arregla el susto?
En eso estoy.... je, je.. Supongo que la vida te va situando en tu lugar. Tienes y haces una trayectoria. Yo soy hijo único. Mi padre (q.e.p.d.) trabajaba en una gestoría; mi madre es empleada de banca. La escuela y los amigos completan la educación de la familia. En mi caso, fui alternando la enseñanza pública y la privada con muchos amigos. A los nueve años pasé del colegio Puertosol a El Romeral, donde hice la mayor parte de los estudios de primaria y secundaria. Luego, el último año de bachillerato lo hice en un Instituto Galileo en Almería: fue todo un cambio, pero ayudó a ser más abierto, a conocer a mucha gente, a organizarme el tiempo... e incluso nació el interés por cursar la carrera de Filosofía, en parte por rebelde, porque no me creía que las cosas que nos contaban fueran "sencillamente así de simples". Al año siguiente me trasladé a la Universidad de Navarra. Después fui a Jaén a trabajar...

Todos los caminos conducen a Roma... ¿pero hay algún camino que conduzca a Málaga?
Los malagueños son gente abierta, con mucha chispa para los chistes; pero de Málaga.... pues... me quedo con su bahía. Aunque suene un poco hortera: me encantaba dar un paseo largo al final de la tarde respirando la brisa que venía del mar. Algunas veces solo, otras con amigos: eran esos momentos en los que uno "arregla el mundo" o se "reconcilia con él".

¿Cómo han reaccionado sus padres, parientes y amigos ante la noticia de su ordenación?
La primera en conocer la noticia fue, lógicamente, mi madre: se llevó una buena sorpresa y necesitó un par de días para asimilarla. Toda la familia se ha alegrado mucho y ya han reservado billete de avión. La ocasión me ha servido también para retomar contacto con amigos de la infancia a los que hacía tiempo que no veía. Un buen amigo de la familia respondía así a la carta que le envié: "Creo que es una bendición de Dios el haberte llamado al sacerdocio y que tú le hayas seguido. Será sin duda tu felicidad y también la de tu madre, como le he dicho. No conozco a ninguna madre de un sacerdote que no se sienta feliz por ello, aunque al principio se sorprenda". Por distintas causas muchos no podrán asistir a la ordenación en Roma, pero han quedado en asistir a la Misa de acción de gracias que celebraré en Málaga; y hay más de uno que me ha pedido hablar más tranquilamente, para "seguir arreglando el mundo".

Pero en su caso usted era ya profesor de Filosofía de bachillerato ¿Cómo eso de ser sacerdote?
Desde pequeño mi padre quería que estudiase derecho; como el derecho no me atraía, él seguía animándome a sacar una oposición en la administración pública. Se ve que pensaba en un futuro laboral seguro, pero acabé decidiéndome por la Filosofía. Siempre he visto la enseñanza como mi vocación profesional y así por ejemplo, desde los quince años, comencé a impartir clases particulares para ganarme unas pesetas de las de entonces. Con los años, esas clases eran algo más que unas sesiones de refuerzo, y era muy gratificante ver a los chicos mejorar en tantos aspectos de su vida cuando tenían bien orientado el estudio. Después he visto cumplida esa aspiración: en Jaén estuve dando clases en la enseñanza secundaria (Latín, Lengua castellana, Filosofía), y ahora en Roma he comenzado este curso académico con la docencia universitaria en la Pontificia Università della Santa Croce. O sea, que sirves a los demas y el sacerdocio es un don exclusivo para intentar servir 24 sobre 24 horas.

El sacerdocio ¿supone un cambio a ese deseo o perfecciona sus pensamientos?
No cabe duda de que un sacerdote ha de tener las cualidades de un profesor: está llamado a enseñar la ciencia que enseña a ser felices en la tierra y a ganarse el Cielo- y a acompañar a todas las personas al encuentro con Jesucristo desde el nacimiento hasta el último día de su vida. En este sentido, el sacerdocio amplía los horizontes de esta misión. Para cumplirla con esmero hace falta la paciencia, el optimismo y la comprensión que he podido ver en la vida de tantos compañeros profesionales que encarnaban esas virtudes.

¿Cómo y dónde conoció el Opus Dei en Málaga?
Mi primer contacto con el Opus Dei podría calificarlo de poco consciente: tenía apenas nueve años y dos primos de mi edad me convencieron para que les acompañara a un campamento de verano organizado por el Club Juvenil Maestranza. Era la primera vez que salía de casa y aquellos días me vinieron muy bien, aunque, como era un poco de "piso", se me hicieron un poco largos. El primer contacto consciente tuvo lugar en 1989 -entonces era alumno del colegio El Romeral- y un gran aficionado al ping-pong: recuerdo bien los partidos y los campeonatos que echaba con los amigos en las instalaciones del Club Maestranza; incluso celebré allí mi cumpleaños. Mi madre trajo una tarta descomunal y, como era un viernes por la tarde, aparecieron todo tipo de "invitados" que no le hicieron ningún feo al pastel...

Ya. Todo normal...
En Málaga y luego en Jaén recuerdo la alegría y el buen humor de la gente de la Obra... pero en su momento: cuando tocaba estudiar, metíamos toda la intensidad y en la sala de estudio no se oía una mosca. Aquello me gustó. Además, recuerdo que enseguida me animaron a hacer cinco minutos de oración delante del Sagrario: en el colegio, o en la iglesia cercana a mi casa, o en el oratorio del Club, intentarlo hacer todos los días.

Y ¿no había algo que le llamara la atención?
La importancia que se le daba al estudio y el acercar a nuestros amigos a Dios; y quedaba claro que en el Centro del Opus Dei el lugar de referencia era el oratorio: no salíamos o entrábamos sin eso que se llama saludar al Señor. Recuerdo con claridad una conversación donde un amigo de club Maestranza me abrió unos horizontes entusiasmantes: era posible convertirse -con todos tus defectos- en grandes hombres, grandes santos... Con el tiempo descubrí que aquello era una enseñanza de San Josemaría en Camino.

Finalmente, dígame algún libro que le haya marcado en su vida.
Como hay tanto donde escoger, no suelo releer libros. Entre esos pocos está La potencia de uno, de Brice Courtenay. Una novela ambientada en África -luego se hizo una película- que cuenta los profundos cambios sociales del siglo pasado, a través de los ojos de un niño de nueve años. El protagonista se abre paso en la vida y llega a ser un buen boxeador; después de uno de sus combates lanza una afirmación que siempre me ha dado que pensar: "el pequeño vence al grande: primero con la cabeza y luego con el corazón. Yo había aprendido la regla más importante para ganar...no dejar de pensar... en los demás".

2 comentarios:

Francisco Santiago dijo...

Muchas felicidades¡¡

Un malagueño imsomne.

Anónimo dijo...

Querido amigo, que nunca dejes de ser fiel a la voz de tu conciencia, que es donde Dios habla, y que cada día seas más libre que es el único camino para ser santo. Muchas felicidades!! Carmen Charo